Desde dentro. Así es como siempre me he visto a mí misma, desde pequeña, sin saber bien qué significaba ese mundo interior tan intenso. Pintaba, escribía, observaba, sobre todo observaba… y sentía.
Para mí era lo normal, pero desde fuera mi entorno me decía que sentía DEMASIADO: que era demasiado sensible, demasiado llorona, demasiado asustadiza… tantos demasiados que terminaron por enquistarse en mi alma. Probablemente yo quería quererme así pero sentía el rechazo y eso
me hizo muchas veces infeliz, menos querida, menos cuidada y eternamente incomprendida.
No quiero eso para otras personas, sobre todo para las más pequeñas, por eso hablo, pongo en común lo que leo, lo que voy averiguando, en definitiva, me comparto más.
La Vida fue pasando, me hice una mujer adulta y la incomodidad por ser una persona sensible (a los sentimientos propios y ajenos, a los colores, a las temperaturas, a los olores, a la Vida…) se transformó en curiosidad y búsqueda.
Y en ese camino me encontré con el libro: “La alta sensibilidad. Vivir desde el corazón”, de Karina Zegers de Beijl. Con él, por fin, puse palabras a lo que ya formaba parte de mí. Y, desde entonces, no he parado de buscar y de encontrar.
Encontré paz, autoconocimiento y amor propio y también a personas fantásticas y luchadoras. Me reconocí en lxs otrxs de una manera nueva porque ya tenía nombre. Valoré y cuidé más mi empatía y mi creatividad.
Desde entonces P.A.S. no son sólo unas siglas, es el amable reconocimiento de que COMO SOY, ESTÁ BIEN.
C.F.A – octubre 2021