Mi descubrimiento del rasgo fue poco a poco, entre planos que ahora entiendo mucho mejor. La primera vez qué escuché el término “alta sensibilidad” fue en una publicación de Paula Marín. Lo leí con prisas y dije “sí, va, soy super sensible”, se quedó ahí, en un segundo plano al que no hacía mucho caso y seguí con mi caótica vida. Llegó la pandemia, sola con mi peque, mil bucles que resumía con “ya estoy otra vez, ¿por qué no puedo ser diferente?”. Aquí decidí parar todo, y echar ancla a la autoexigencia, centrarme en el arte y la música con mi hijo, y sobrevivir, sin más.
Meses después, me puse con experto en mindfulness que me estaba viniendo genial, me sentía más anclada y como que mi cabeza se sentía más liviana. El mindfulness, el arte y la música son tres cosas tremendamente sanadoras para una #pas. Sabía lo que me venía bien, aunque no entendía aún de manera exacta el porqué.
Paula volvió a publicar algo sobre alta sensibilidad y aproveché para leerlo más tranquilamente. Después con la curiosidad y la vitalidad a tope me fui a googlear ALTA SENSIBILIDAD ESPAÑA. Hice el test, recuerdo que me entró mucha ansiedad haciendo el test, ¡¡me removió tantísimo!!
Y dije ¡hostia! Que esto es un rasgo genético, GENÉTICO, que hay millones de personas que piensan y sienten como yo. ¡¡Fue tan liberador!!
Desde entonces leo muchísimo sobre el rasgo y miro mis experiencias diarias desde otra perspectiva. Cuando somos conscientes de cómo afectan en lo cotidiano los 4 pilares, entramos en una espiral de autoconocimiento y autocuidado estupenda.
Por otro lado, cuando supe de las #pas entre la multitud de pensamientos y sentimientos sentí cabreo e impotencia; cabreo por llevar años estudiando psicología sin escuchar nada al respecto, e impotencia porque comencé a ver sitios que desinformaban más que otra cosa, y dije, ¡allá vamos! Me creé un perfil de IG (@wonderpas) donde divulgo sobre cada aspecto del rasgo, sin embargo, cada vez me estoy sintiendo tan cómoda que poco a poco voy expresando más desde mi intensidad y lo que ocurre en mi cerebrito #pas. Irónicamente siempre pienso ¡buah, van a pensar que estoy loquísima! Y al final, muchas #pas me escriben sintiéndose muy identificadas con lo que cuento, y es genial saber que no hay nada malo en nuestro cerebro, es una forma de funcionar diferente, y a veces simplemente saber esto, ¡lo es todo!
No hay nada malo en nuestro cerebro, es una forma de funcionar diferente
El crear comunidad y ese sentimiento de pertenencia es sin duda una de las mejores cosas que me llevo del conocimiento de la alta sensibilidad. Cada día procuro ser más compasiva conmigo misma, cuidar mis ritmos, tomar mi espacio a solas si lo necesito (aunque siendo madre, esto a veces es utópico), y hablar, hablar mucho, hacer las paces con mi parte charlatona, comunicarme con otras #pas; es de las experiencias más enriquecedoras de mi vida.